Las calles de Puerto Príncipe estaban vacías este lunes en una jornada de huelga nacional convocada contra la creciente inseguridad, evidenciada este fin de semana con el secuestro de misioneros norteamericanos.
El secuestro de 17 adultos y niños por una banda criminal volvió a desnudar las dificultades de Haití tras el asesinato en julio del presidente Jovenel Moise, que dejó al borde de la anarquía a uno de los países más pobres de occidente.
Han pasado meses desde que pedimos ayuda, y como no hemos tenido seguridad contra los secuestros pedimos a la población que suspenda toda actividad". Changeux Mehu, presidente de la asociación de Propietarios y Conductores.
"Los bandidos han ido muy lejos. Secuestran, violan mujeres. Hacen lo que quieren", dijo.
Lanzado la semana pasada por grupos empresariales y profesionales de Puerto Príncipe, el llamado a la huelga ganó resonancia el sábado tras el secuestro de 16 estadounidenses y un canadiense.
Los misioneros trabajan para la organización Christian Aid Ministries, basada en Estados Unidos, la cual dijo en un comunicado que el grupo, que incluye cinco niños, fue secuestrado al este de la capital cuando retornaba de un orfanato.
"El secuestro de los estadounidenses muestra que nadie está seguro en el país", dijo Mehu. "Nosotros pagamos nuestros impuestos al Estado, a cambio, pedimos tener seguridad para que el país pueda funcionar".
Bandas armadas, que controlan los barrios más pobres de Puerto Príncipe desde hace años, endurecieron sus acciones en la ciudad y áreas periféricas en donde se desataron los secuestros.
En agosto, Estados Unidos urgió a sus ciudadanos a no viajar a Haití debido a los secuestros y problemas políticos.
El Departamento de Estado no ha dado detalles sobre la búsqueda de los secuestrados pero el sábado dijo que la seguridad de los estadounidenses en el exterior "es una de sus principales prioridades".